martes, 19 de agosto de 2014

El "Ras el-hanout" perfecto (0pp)

Bueeeeno bueeeeeno bueeeno...

Qué os voy a decir... que me he tomado unas vacaciones más bien larguillas. Pero no, no os lo creáis. En realidad he estado más ocupado que nunca. Es lo que tiene trabajar en una isla donde se vive del turismo de playa. Julio y agosto son muy duros.

 Yo no se a vosotros, pero a mi me alegra pensar que ya llega el final de agosto, y con ello el tiempo más fresquito, alguna lluvia ocasional, la tranquilidad de las zonas turísticas, las clases de Árabe (Ahlan, ya muda ^^), y como no, el poder estar dentro de la cocina sin derretirte cual helado en pleno mes de agosto.

Hoy os quería traer una de las mezclas de especias para mí más sabrosas y especiales que existen... o como mínimo que yo he probado. Se trata de una mezcla de especias que proviene de Marruecos y la cual se llama Ras el-hanout. La tenéis también en la sección de ingredientes, por lo que no voy a entrar mucho en detalle sobre la historia de esta exótica mezcla de especias. Sólo deciros que en Marruecos se la conoce también como las especias de la mala cocinera, porque lo eches donde lo eches, el plato quedará buenisimo y por lo tanto no hace falta saber cocinar (en teoría, claro...).

Es importante mencionar que en Marruecos se suele ulitizar en el típico plato llamado Cous-cous  (el cual, por cierto, adoro). Yo se lo hecho también a los cocidos de lentejas, a los tabulés, incluso en los "pa amb oli" (plato típico mallorquín). La mezcla no es fácil de encontrar en tiendas, a no ser que dispongas de carnicerías árabes (también llamadas Halal) a tu alrededor o de un hipermercado de dimensiones gigantes. Es por eso que hoy os traigo la mezcla perfecta de Ras el-hanout. Es, como mínimo, la mejor que yo he probado durante todos estos años. Se trata simplemente de reunir una serie de especias y mezclarlas en la cantidad correspondiente.


Dificultad: Muy fácil
Duración: 5 minutos
Ingredientes (cuanto más grande la cuchara, más cantidad saldrá)

Versión completa (0 propoints):

  • 2 cucharadas de jengibre molido (evitad el de Mercadona, pues es bastante insípido)
  • 2 cucharadas de cardamomo molido (ojo, si lo compráis sin moler debéis de poner sólo una cucharada y eliminar las cáscaras una vez molido)
  • 2 cucharadas de macia molida
  • 1 cucharada de canela
  • 1 cucharada de pimienta dioica
  • 1 cucharada de semillas de cilantro
  • 1 cucharada de nuez moscada (no la pongáis dos veces)
  • 1 cucharada de cúrcuma
  • 1/2 cucharada de pimienta negra
  • 1/2 cucharada de pimienta blanca
  • 1/2 cucharada de cayena molida (o dos pimientitos de cayena)
  • 1/2 cucharadas de semillas de anis
  • 2 o 3 clavos o 1/4 de cucharada de clavo molido.
  • (Opcional) 3 cucharadas de sal
Versión fácil (en proporciones iguales) (0 propoints)
  • Cúrcuma molida
  • Jengibre molido
  • Nuez moscada
  • Cardamomo molido
  • Pimentón dulce
  • Canela en polvo
  • Cilantro seco (o semillas de cilantro picadas)


Elaboración:

Poner todas las especias en una picadora y mezclarlas. Si disponéis de las versiones picadas de las especias, simplemente se trataría de mezclarlas todas. Poner en un bote seco y cerrarlo bien. Conservar lejos de la luz solar. ¿A que es fácil? Lo más complicado es, lógicamente, reunir todos los ingredientes. Pero siempre puedes optar por la opción fácil ;)

La diferencia entre poner sal y no poner sal es que si le echamos sal, no tendremos que preocuparnos de salar el cuscus, o las lentejas, o lo que sea. Por supuesto, cada persona es diferente con el tema de la sal, por lo que para lo que algunos será mucha sal, para otros será algo insípido. Os recomiendo ir jugando con ella, o simplemente dejarla fuera y añadirla como siempre lo hacéis.

Cuidadín con las cantidades, 1 cucharada de pimienta negra molida no equivale a 1 cucharada de 
pimienta negra en grano. Os recomiendo también que si vais a usar cualquier tipo de especia en grano, la paséis por la sartén durante 2-3 minutos a fuego lento-medio.

Espero que disfrutéis de esta receta tanto como lo hago yo!

Nos vemos pronto! :)



miércoles, 2 de julio de 2014

Lomos de atún a la cazuela (12 propoints por persona)

Hola saboríos!

Me vais a tener que perdonar el retraso en el posteo de la receta, pero llevo dos semanas sin parar con el curso de community manager que estoy haciendo a través de  la Fundación Uned (¿qué es un community manager?). Lo bueno es que ahora ya están todas las prácticas entregadas y puedo seguir adelante! ¿Lo siguiente? Segundo de árabe en la escuela oficial de idiomas. Espero que no me cambien la profe :-(

Esta semana he estado leyendo mucho sobre dietas de definición (músculo) y pérdida de grasa, y he visto que la mayoría de dietas aconsejan comer pescado para cenar, así que, aquí tenemos unos maravillosos lomos de atún a la cazuela, cocinados con una reducción de sangría, acompañada de cebolla frita y unas pasas. Vale, vale, eso no lo ponen las dietas de musculación, pero vamos, se nota que estas dietas estan hechas por tíos que se pasan el día en el gimnasio. O desde luego NO en la cocina.

"Pavo con ensalada"
"Merluza con ensalada"
"Salmón con ensalada"
"Dorada con ensalada"

Por diós, ¡¡hay que alegrar un poco esos platos!!

Dificultad: Media
Duración: 35 minutos
Ingredientes para 2 personas (propoints por persona)

  • 2 lomos de atún (5pp)
  • 2 cebollas (0pp)
  • 3 dientes de ajos (0pp)
  • 2 pimientos (0pp)
  • 50 gr de pasas (2pp)
  • 2 hojas de laurel (0pp)
  • 1 cucharada sopera de pimentón dulce (0pp)
  • Pimienta negra (0pp)
  • Sal al gusto (0pp)
  • 2 cucharadas de aceite de oliva (3pp)
  • 1 vaso de sangría (también se puede poner vino, pero el sabor será mucho más ácido, e igual las pasas no encajarían muy bien) (no sale en la foto) (2pp)




Elaboración


Lo primero que vamos a hacer es pasar el atún por la sartén 1 minuto para que quede sellado y no pierda su jugosidad (sinó, tenemos el riesgo de que se quede más seco). Lo apartamos.Cortamos las cebollas en Juliana y las freímos, junto a los ajos, en dos cucharadas soperas de aceite. Si vemos que la cebolla se bebe el aceite, y no queremos añadir nada más de grasa, lo que podemos hacer es echar un poco de agua con la ayuda de nuestra mano, pasarla por debajo del grifo y echar unas gotas de agua a la sartén (nunca hacerlo si hay aún aceite en la sartén, pues nos salpicaría). Freímos durante 4 o 5 minutos y añadimos el pimiento cortado en trozos largos.





Seguimos removiendo durante otros 5-6 
minutos y añadimos las hojas de laurel con un corte justo en el centro, para que suelten todo su sabor. Añadimos también el vaso de sangría, y removemos para que toda la verdura quede empapada de sangría. Una vez que esté todo removido, colocamos el pescado encima y lo dejamos cocer unos 4 minutos. Le damos la vuelta al pescado cuidadosamente y removemos hasta que se haya evaporado prácticamente todo el líquido. Entonces, añadimos el pimentón dulce a la sartén, removemos la verdura sin "marear" mucho el atún, añadimos las pasas y tapamos la sartén. Dejamos a fuego bajo durante otros 5 minutos.



Servimos con arroz, unas patatas al horno, o cualquier otra guarnición que os apetezca. 
Espero que la disfrutéis tanto como nosotros en casa!
Un saludo y nos vemos pronto! 















martes, 17 de junio de 2014

Cuarto día más... ¡¡EL FRACASO!!

Y sí, es un fracaso en mayúsculas. Pronto entenderéis por qué...

Pues resulta, que iba yo perfectamente con mi semana sin azúcar. Hombre, un poco de mono de comer algo dulce sí que tenía, para que lo voy a negar... pero vamos, que lo llevaba relativamente bien. Mejor de lo que yo esperaba, eso seguro. Llegué a casa después de estar todo el día metido en la oficina, me cambié la ropa y me fui a correr por el parque una media horita. Cuando llegué a casa estaba hambriento, así que decidí prepararme la cena.

Cogí el pescado, lo pase por harina, puse sal en la sartén (para que no se pegue y para poderlo cocinar sin aceite), y lo dejé unos minutos. Mientras tanto, decidí prepararme una ensalada también. Cogí la lechuga, la zanahoria rayada, unos frutos secos, un poco de remolacha, un poquito de cebolla frita crujiente, y palante'.

Con eso que cuando acabé de cenar, empiezo a recoger la cena. Friego la sartén, meto los platos en el lavavajillas, cojo los botes que iban a ir a la nevera, los meto dentro y justo cuando iba a cerrar la nevera, algo captó mi atención.

En el bote de remolacha se leía: REMOLACHA AGRIDULCE. Agri...ok. Dulce... Oh dios. Corriendo me puse a leer los ingredientes. Remolacha, agua, vinagre y... azúcar.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Fracasé la dieta de la semana sin azúcar por culpa de una maldita ensalada!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Y... como a mi me gusta hacerlo todo a lo grande... me comí un buen bol de helado haagen dasz después.

¡¡Fin de la historia más triste del mundo de las dietas. Fin de la semana sin azúcar. Fin de las ensaladas. Fin del pescado y fin de todo!! Venga, fin del drama también.

Al día siguiente quería matarme... los remordimientos se apoderaron de mí durante todo el día, pensando en que podía haber pasado de la remolacha, diciendo que fue un simple error, y continuar con la dieta... pero sin embargo fui blando y caí en la tentación. Os recomiendo, si pensáis hacer esto, deshaceros de la porquería antes, y que vuestro marido/mujer/cónyuge/compañero de piso no compre NADA que contenga azúcar. Además, debéis de hacer hincapié en que lo revise a la hora de comprar... para que no os pase lo que a mí con la remolacha.

En fin, 4 días sin comer azúcar fue lo que yo aguanté. ¿Alguno de vosotros lo habéis probado? ¿Qué tal os ha ido?

Un saludo enorme y gracias por leerme,

Toni


sábado, 14 de junio de 2014

Semana sin azúcar. Tercer día.

Hola Saboríos!

Aquí estoy, aguantando, el tercer día sin comer azúcar. La verdad es que se está poniendo difícil la cosa. ¿Conocéis aquella sensación cuando el cuerpo os pide algo dulce? Pues así he estado todo el día. Y eso que he hecho una media trampilla...
http://www.cocinasincarne.es/tabule-o-ensalada-de-cous-cous/

No, no, no he comido nada con azúcar añadido. Simplemente, para matar el gusanillo, he añadido unas pasas al tabulé que he comido hoy. Sin embargo... he acabado de comer con la sensación de insatisfacción que me rodeaba ayer por la noche, al terminar de cenar. Es cómo que el cuerpo no se siente satisfecho hasta que no ha recibido lo que pide y, en este caso, lo que quiere es azúcar.


Tengo, además, en el trabajo, una tableta de chocolate (80% cacao... pero aún así tiene azúcar) que me está mirando y rezando para que me la coma. Pero no, seré fuerte.


He intentado tomar un café con sacarina para ver si el cuerpo "creería" que estoy tomando azúcar y me dejaría un poco en paz... pero, que va, no ha funcionado. El sentimiento de "necesidad" se está haciendo difícil de controlar y la verdad es que me estoy poniendo hasta de mala leche. Es cómo volver 3 años atrás en el tiempo, cuando dejé de fumar. En serio, es la misma sensación, pero en vez de tener ganas de fumar, lo que tengo son ganas de comer azúcar, y más hambre, la cual no se calmara (presumo) hasta que no hay recibido lo que quiere... azúcar.


Además, a partir de mañana voy a tomar los cafés sin azúcar ni sacarina, algo que siempre he querido hacer. Más que nada porque no me puedo permitir el lujo de ponerme dos cucharadas de azúcar en cada café que tomo (engordaría) y no me gusta consumir edulcorantes artificiales y químicos. Cuando pongo sacarina en el café, me imagino que estoy poniendo veneno en él, solo que, esta vez, el veneno es dulce.


Ya os iré contando con más detalle como acontece la semana. De momento me está costando acabar el día, y espero lograrlo. Ayer por la noche me tomé un vaso de leche con canela, también para intentar paliar el "mono". ¿Funcionó? Algo. A ver, no os voy a decir que me quedé "super agusto"... aunque el gusanillo si que lo mató. Lo de hoy es algo más fuerte ya. Pero vamos, que si he dejado de fumar... podré dejar el azúcar durante una semana. ¿O no? Lo que más miedo me da, sinceramente, es el fin de semana... ¡ya os contaré!

Un saludo enorme y gracias por leerme! No os vayáis sin comentar, tengo ganas de saber que pensáis, si lo queréis probar o si lo habéis probado! ;-)

Toni



martes, 10 de junio de 2014

Únete al reto de la semana sin azúcar. ¡Por un cuerpo más sano!

¡Hola saboríos!

Esta semana os voy a presentar un reto para que, si queréis, lo hagáis también. Se trata de no consumir nada de azúcar durante una semana y, creedme, es mucho más difícil de lo que parece.



Resulta que el otro día estaba navegando por internet, leyendo información sobre alimentación y cosas de estas que a mi me gusta leer, y me encontré con un artículo en el que se explicaba el abuso que estamos haciendo del azúcar en general, no solo nosotros como consumidores, sinó también los empresarios, quienes lo añaden para generar cierta dependencia o para "gustar" más.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomendaba en 2002 que el azúcar no superase el 10% de la ingesta calórica total. Recientemente salió un artículo de la OMS dónde recomendaba bajar el consumo máximo de azúcar al 5%. Para ponerlo en términos claros que todo el mundo pueda entender, esto representaría unas 6 cucharaditas de café diarias, es decir, mucho menos de lo que consumimos como media.


A parte de todos los alimentos y bebidas cuyos niveles de azúcar es alto (helado, chocolate, galletas, refrescos), los cuales pueden darnos, con una sola ración, la cantidad diaria de azúcar, existen muchos otros productos que contienen altas cantidades de azúcar, y de los cuales nunca sospecharías. Un claro ejemplo que me he encontrado yo hoy, a la hora de ir a desayunar, ha sido el Jamón York, un alimento salado que, sin embargo, contiene azúcar

Ese es, bajo mi punto de vista, uno de los problemas que existen hoy en día con el azúcar. Además del azúcar que sabemos que comemos, ingerimos involuntariamente mucho más del que creemos debido al abuso que las grandes empresas hacen. Una ración de ketchup contiene 1 cucharadita de café de azúcar, una lata de tomate frito contiene 4 cucharadas de café, una coca cola, 10 cucharadas. Incluso algunos de los yogures etiquetados como 0% no se libran de esta lacra. Hasta 4 cucharadas por yogur. Cuidado, 0% grasa no signfica sin calorías o sin azúcar. De hecho, las chucherías son casi todas 0% grasa... sin embargo sabemos todos que engordan. Y no poco.

Vamos a analizar un día normal para mucha gente. Desayunamos unas tostadas con mantequilla y mermelada, y un café con leche con una o dos cucharadas de azúcar. La mermelada contiene en general entre un 30% y un 50% de su contenido en azúcar. Eso ya sumarían unas 4 cucharadas de azúcar... y sólo hemos desayunado. Continuamos con nuestro día y nos comemos unos macarrones a la boloñesa, con tomate frito, y una coca cola (voy a ser bueno y no añadiré el postre). Estaríamos tomando otras 12 cucharadas de azúcar. (recordad que lo recomendado son unas 6 cucharadas al día). Analizando sólo medio día de dieta, podemos comprobar que hemos consumido ya  prácticamente 3 veces la cantidad de azúcar recomendada para un día.

El excesivo consumo de azúcar provoca una especie de "subidón", parecido al que ocurre cuando consumimos algunos tipos de drogas. Como ya bien sabemos, todo lo que sube, tiene que bajar. Esto es lo que se conoce como "sugar crash", lo que produce sensación de cansancio, irritabilidad e incluso resaca. En algunos sitios, se denomina al azúcar como el tabaco del siglo XXI.


Habiendo dicho esto, espero que comprendáis mejor por qué realizo este reto. Quiero probar si realmente puedo vivir una semana sin tomar azúcar. Por supuesto, no voy a eliminar azúcares naturales como son la fruta o algunas verduras. Estoy hablando en todo momento de azúcar procesado, refinado, añadido. En definitiva, azúcar innecesario. 

De momento, he conseguido superar el primer día sin azúcar sin ningún tipo de problema. No os voy a mentir, me moría por comerme un helado después de la cena. Pero he sido fuerte, y lo he conseguido. A ver que tal me va el segundo día...

Y vosotros... ¿Os animáis? ¿Qué pensáis del consumo de azúcar de la sociedad actual?

Un saludo a todos!!

Toni




martes, 3 de junio de 2014

Buñuelos de calamar en salsa de hierbas (1-2 puntos por trozo)

Hola saboríos!

Acabamos de cruzar las puertas de junio y se avecina el calor, por lo que va apeteciendo cambiar los platos de cuchara por cosas más frescas y veraniegas. Este plato os vendrá perfecto para salir a la terraza, o al balcón, o... simplemente sentarnos ante al ventana, con una caña bien fresquita y, por qué no, alguien especial con quien compartir el plato.
Se trata de unos bocaditos de calamar rebozados y acompañados de una fina salsa verde de hierbas, aceite y... ajo. Sí.. ajo... Mejor cambiamos "alguien especial" por "amigo"... o eso, o cambiamos la caña por una botella de ginebra, que mate los "reflujos".

Bromas aparte, es un plato relativamente sencillo de hacer y le gusta a prácticamente todo el mundo. Servido encima de unas hojas de rúcula o unos canónigos le da un aspecto mucho más fresco y veraniego, también sano.


Dificultad: Fácil
Duración: 20 minutos
Ingredientes para 2-3 personas (propoints por persona)


  • 400-500 gr de calamar sumergido en leche (preferiblemente que no esté cortado en rodajas)
  • Harina 100-150gr (más o menos a ojo, la cantidad no es muy imporante)
  • 1 ramita de hierbabuena o menta
  • 1 ramita de perejil
  • 1 ramita pequeña de cilantro
  • 3 dientes de ajo
  • 1 limón
  • 1 bolsa de canónigos o rúcula
  • 4 cucharadas de aceite de oliva y suficiente aceite para freír el calamar
  • Sal y pimienta al gusto

Elaboración

Lo primero que vamos a hacer, después de haber puesto el calamar en leche, es preparar el picadillo de hierbas y ajo que pondremos encima del calamar una vez que esté hecho. Para ello cogeremos las 4 cucharadas de aceite de oliva, las 3 hierbas, los ajos y el zumo de medio limón. Lo ponemos en un mortero o en un procesador de alimentos y lo picamos todo. Reservamos.


Lo siguiente que vamos a hacer será colar y secar la leche del calamar. Lo cortamos en bocaditos pequeños, para que no se necesite cuchillo a la hora de comerlo. Preparamos un platito hondo dónde poder rebozar el pollo. Calentamos unos 2 o 3 dedos de aceite en una sartén y vamos echando en 2 o 3 partes, según el tamaño de la sartén, el calamar previamente rebozado en la harina.


Freímos durante unos pocos minutos a fuego medio-alto. En caso de que el aceite no cubra los trozos de calamar, como es en el caso de la fotografía, deberéis darle la vuelta para que se haga bien por todos los lados. No pongáis el fuego demasiado alto, o se calcinará la harina mientras que el calamar quedará crudo. Cuando haya cogido un buen color, lo apartamos y lo ponemos en un plato con papel de cocina para que absorba el aceite sobrante.


Ponemos los canónigos en un plato y los aliñamos al gusto. Echamos sal y pimineta al calamar, y la salsa que previamente habíamos reservado. Lo servimos enseguida.

No te vayas sin comentar y gracias por leerme :-)







martes, 27 de mayo de 2014

Cuscús dulce tradicional marroquí (Tfaya) ( 24 propoints por ración)

¡Aquí llega la prometida receta!

Un delicioso cuscús dulce al estilo marroquí, también denominado cuscús tfaya, que es el nombre que recibe la cebolla caramelizada con las pasas o, en este caso, con dátiles.

Las primeras referencias del cuscús proceden de un escrito anónimo del siglo XIII sobre cocina del Magreb y Al-Ándalus, siendo en este último altamente apreciado entre la población morisca. Es por eso que existe en el castellano antiguo una denominación para este plato: alcuzcuz. En catalán aparece ya en el Tirant lo Blanch (1464) de Joanot Martorell, que lo menciona como "cuscusó" (cap. 137).




La receta parece que es complicada, pero en realidad si os ponéis a hacerla veréis que es bastante sencilla. Eso sí, lleva su tiempo, y hay que cuidar el caramelizado, pues no queremos que se nos pegue a la sartén.

Pero primero a lo primero...

Dificultad: Media
Duración: 50 minutos
Ingredientes (propoints por persona)


  • 4 trozos de carne (en este caso pollo) (6 pp)
  • 4 huevos (2 pp)
  • zanahorias (0 pp)
  • 8 cebollas (0 pp)
  • 150gr de dátiles (o 200 gr de pasas) (4 pp)
  • 1 cucharada sopera de ras el-hanout (0 pp)
  • 4 clavos (la especia, no los metálicos :P) (0 pp)
  • 1 cucharada sopera de canela (0 pp)
  • 3-4 cucharadas soperas de azúcar (según lo golosos que seáis) (2pp)
  • 1 cucharada sopera de mantequilla (si tenéis smen, mejor) (1pp)
  • 500gr. de cuscús (7 pp)
  • 1 bote de garbanzos hervidos (opcional pero recomendado) (2pp)
  • Aceite de oliva (aprox. 3 cucharadas) (0 o 1 pp, pues la mayoría se queda en el caldo)
  • Media pastilla de avecrem (no sale en la foto) (0pp)










Elaboración:


Bueno, ahora que ya tenemos todos los ingredientes preparados para no dejarnos nada, vamos a empezar a cocinar. Lo primero que vamos a hacer será cortar 2 de las cebollas para saltearlas dentro de una olla (donde quepa todo). Preparamos también la carne, el clavo, el aceite y el ras el-hanout. Calentamos la olla, añadimos unas cucharadas de aceite y echamos dentro las dos cebollas, la carne, la cucharada sopera de ras el-hanout, los 4 clavos y media pastilla de avecrem. Salteamos unos 2 o 3 minutos y añadimos un vaso de agua. 



Seguimos removiendo de vez en cuando durante unos 8 minutos para que se impregne todo con el sabor y aroma de las especias. Volvemos a añadir agua, la suficiente para que hierva la olla durante 40 minutos. Acordaros 10 minutos antes de que termine de hervir aquí también los huevos.

Mientras hierve la carne, tenemos que preparar la Tfaya (que es la cebolla caramelizada) y el cuscús. Yo, en general, utilizo cuscús instantáneo, aunque tengo que admitir que no está tan bueno como el cuscús preparado en una cuscusera. Cuestión de tiempo y preferencias. Eso os lo dejo a vosotros. Si elegís el instantáneo, se trata simplemente de hervir tanta agua como cuscús. Ojo, si ponéis un vaso de cuscús no podéis poner sólo un vaso de agua, pues el cuscús pesa más que el agua. Si usáis un paquete de 500gr de cuscús, son dos vasos de agua llenos hasta arriba (que no quepa ni gota, es decir, 500ml). Una vez que el agua esté hirviendo, apartamos del fuego y echamos el cuscús, un poco de aceite, sal y pimienta negra. También se le puede echar limón, aunque yo lo prefiero sin, sobre todo para el cuscús dulce.

Para la tfaya vamos a juntar la cebolla, la cual cortaremos en juliana, el azúcar, la canela y la mantequilla. También un vaso de agua. Ponemos la olla la fuego y añadimos la cebolla, la canela, el azúcar y la mantequilla. Damos vueltas hasta que veamos que la mantequilla se ha derretido (2 minutos). Añadimos el vaso de agua a la olla y dejamos hervir unos 10 minutos. Es muy importante que la olla esté tapada y permanezca así durante todo el proceso, excepto cuando la abramos para remover. No os paséis con la potencia, sino vais a calcinar el azúcar. (Fuego medio)


Trascurridos los 10 minutos, vamos a destapar la olla y añadimos los dátiles. A partir de este momento tenemos que ir removiendo con una espátula o cuchara de madera hasta que quede como en el gif animado (imagen que está justo debajo). Es decir, cuando metéis la espátula y la sacáis, se deben formar unos hilos. Eso nos indica que la cebolla está caramelizada. Por supuesto, cuanto más tiempo la tengáis más caramelizada/espesa quedará. A veces es necesario remover durante unos 10 minutos más. (no os olvidéis de meter los huevos en la olla de la carne para hervirlos)


Una vez que tengamos la carne, la tfaya y el cuscús listo vamos a proceder al "montaje" del plato (no tiréis el caldo del pollo).  Lo primero que se hace es coger un plato muy grande o bol donde vaya a caber todo. Colocamos primero el cuscús, seguido del pollo, las verduras y el huevo hervido y acabamos con la tfaya (ver foto) 


Ahora que tenemos el plato montado, toca disfrutarlo! Yo siempre pongo parte del caldo en un recipiente por si alguien quiere echárselo encima del cuscús. Así le da mucho mas sabor y no se queda tan seco. Con lo que sobre de caldo podéis hacer una sopa muy rica :)

Un saludo enorme a todos y a disfrutar de este gran manjar! 




miércoles, 21 de mayo de 2014

Más de 5.000 visitas! Estoy realmente impresionado!

Hola a todos!

Antes de nada os quiero pedir disculpas, pues ya estamos a miércoles y todavía no tengo la receta lista. Con esto de la vuelta del viaje, he estado ocupadísimo y he tenido un montón de trabajo acumulado... esa es la parte mala de irte de vacaciones.

La verdad es que me he llevado una grata sorpresa al ver el número de visitas! Realmente es que ha crecido bastante durante mi ausencia, y sinceramente me he puesto muy contento. Así que otra vez, ¡gracias! Entre todos hacéis que tenga sentido recopilar estas recetas.

Tengo una recetilla por ahí comenzada, que voy a postear en cuanto le añada las fotos y acabe de retocar el texto. No os voy a decir exactamente qué receta es... pero lo que sí os voy a decir es que es una receta árabe, y que vale cada punto que tiene puesto que es espectacular!

Ahora, si me lo permitís, voy a seguir poniéndome al día, a ver si antes de que llegue el fin de semana acabo todo esto y consigo poner la receta. Mientras tanto os dejo una foto que me hicieron en la parte canadiense de Niagara. Así de paso me veis la cara :-)

Un saludo a todos!

Toni


martes, 6 de mayo de 2014

7 errores comunes a la hora de cocinar

Hola de nuevo!

Esta semana no os traigo una receta, pero sí que os traigo algo que podréis aplicar a vuestras recetas y al tiempo que pasamos todos los amantes de la cocina y los no tan amantes que cocináis para sobrevivir, adelgazar, comer sano, reducir el colesterol, etc.

Si no has intentado caramelizar cebolla usando sal, todavía no has cometido uno de los errores más vergonzosos que he cometido yo en mi tiempo entre sartenes.  Todos, desde los más principiantes hasta los más sabios, cometemos errores a la hora de cocinar. Aquí os traigo un listado con 7 errores  comunes a la hora de cocinar (que no necesariamente  los más comunes).  Si, ya sé que es un número extraño… lo normal son 5, o 10, o 20…

Posiblemente ya conozcáis algunos de ellos, o quizás casi todos, pero tengo la esperanza y espero que podáis aprender algo de este post!

Allá vamos!

1) No probar la comida
El resultado:  El sabor y la textura de un plato excelente quedan desbalanceados y poco atractivos.
Para la mayoría de cocineros, probar la comida es algo automático. Para los que no lo es, el precio a pagar puede ser caro. En mi caso fue la pérdida de un cuscús dulce, y parte de mi reputación como cocinero, al servir un cuscús dulce con pasas y cebolla caramelizada… en sal.


2) No leerse la receta entera antes de cocinar
El resultado:  Sabores deslucidos, pasos enteros  o ingredientes saltados.
Hasta las recetas mejores escritas pueden no contener toda la información en la parte de arriba. Además, cada cocinero tiene su manera única de manejar los ingredientes y de manejarse a él o ella misma dentro de la cocina.
Luego no te quejes si tienes 30 segundos para cortar 4 cebollas, o preparar un caldo de pollo.



3) Hacer sustituciones imprudentes en las recetas
El resultado:  Arruinamos la química subyacente de la receta
Quién no ha hecho eso de…
“200ml de aceite… con lo que engorda eso… pondré 150 sólo”
Es uno de los errores quizás más comunes y uno de los destroza-pasteles más usados en nuestras cocinas. Sobre todo cuando se trata de pasteles y bizcochos. Todas las recetas, pero sobre todo las que van en el horno, tienen una química especial que produce una textura, humedad, sabor, suavidad o dureza, etc. en concreto. Modificando la receta a nuestro antojo estamos destruyendo esa química especial que se forma juntando la cantidad correcta de ingredientes.
Siempre es mejor, si una receta te parece que lleva demasiado aceite (por ejemplo), buscar otra. Las sustituciones o cambios en las recetas no suelen funcionar y es muy arriesgado modificarlas a nuestro antojo.
Si realmente te apetece hacer esa receta en concreto, usa los ingredientes listados, y tómate un tiempo extra en ir al mercado o supermercado a conseguirlos. La receta y tus comensales te lo agradecerán.



4) No conocer las idiosincrasias y particularidades de tu horno.
El resultado: Comida que se cocina demasiado rápido, demasiado lento, o de manera desigual.
Todos los hornos, cuando están a 220ºC, deberían de cocer a 220ºC. Sin embargo, muchos no lo hacen. Incluso los hornos caros tienen problemas con la temperatura. Algunos hornos también cambian su manera de “comportarse” con los años. Lo ideal es usar siempre un termómetro de horno, y conocer las zonas fuertes y débiles de tu horno.
Os recomiendo encarecidamente que realicéis el “test del pan”. Poned, en vuestra bandeja del horno, rebanadas de pan esparcidas. Metedlas en el horno una vez que éste haya alcanzado la temperatura máxima. Esperad 3 minutos, y sacad las rebanadas de pan. Comprobad si, efectivamente, están todas tostadas por igual o si hay zonas que se han tostado más que otras.


5) Girar la comida demasiado a menudo
El resultado:  Se interfiere en el dorado de los alimentos, la comida se pega o pierdes el rebozado.
Aprender a dejar la comida en paz es de lo más difícil de aprender a la hora de cocinar. Es tan tentador darle la vuelta a la carne, pincharla, girarla. Pero el rebozado se va a pegar a tu sartén en vez de a tus pechugas (que raro ha quedado eso…). Esa capa crujiente y doradita no se va a formar a no ser que dejes la comida sin tocarla durante un tiempo en concreto (que varía según el alimento).



6) No calentar la sartén lo suficiente antes de echar la comida
El resultado: Comida que se pega,  escalopes sin capa crujiente, carne pálida.
El cocinero sin experiencia o sin tiempo apenas calentará la sartén antes de añadir aceite y echarle unas cebollas para saltearlas. Luego llega… nada. No chisporrotea. Una sartén caliente es esencial a la hora de saltear verduras o a la hora de crear una capa dorada en la carne o pescado. Además, evitamos que la comida se nos pegue.
Recuerdo una vez en un programa de televisión que oí al cocinero decir: “Si piensas que la sartén ya está lo suficientemente caliente, apártate y déjala un par de minutos más. Cuando  parezca que es hora de llamar a los bomberos, añade el aceite y ponte a cocinar”.


7) Mezclar en exceso la masa para postres
El resultado: Una pastel que no sube como toca, masas gomosas, duras o secas.
Todos llevamos un nivel de vida estresante hoy en día, pero créeme cuando te digo que la culpa no es de la masa de tu bizcocho. Tu pastel (ni tus comensales) no tienen por qué pagar por tu mal día, así que tranquilízate antes de mezclar los ingredientes de tu futuro, tierno y esponjoso bizcocho. No le des vueltas a las varillas cual tornado en Kansas, ni centrifugues tu harina o azúcar. Muévelo con suavidad, y para de removerlo una vez que la harina se haya integrado casi por completo. Idealmente, una buena masa debería de tener bolitas de masa sin mezclar.


Y esto es todo por hoy! La semana que viene probablemente no postee nada, pues me voy de viaje a Estados Unidos, pero os prometo que os traeré un "recetón" de por ahí, de estos que podemos comer sólo una vez al año!

Un saludo y gracias por estar ahí siempre!





martes, 29 de abril de 2014

Muffins de chocolate y plátano con okara (harina de soja)

Esta semana receta doble!

Eso si... la semana que viene no voy a poner ninguna! :P

En el post anterior vimos cómo hacer leche de soja casera. Mientras estabamos haciendo la leche, os dije que guardarais las cáscaras de la soja (okara) porque ibamos a hacer otra cosa. Pues aquí está. Unos deliciosos muffins (magdalenas) de chocolate y plátano, y además, totalmente aptos para veganos, pues son sin huevo! Perfecto para la gente con alergia a los huevos, también.

Aparte de todo eso, son muy fáciles de hacer, y tan solo tendremos que seguir unos pocos pasos para tener unas magdalenas listas para disfrutar!


Dificultad: Fácil/Media
Duración: 35 minutos
Ingredientes

Primer bol (todo lo de la izquierda):

  • 1 vaso de Okara húmedo (sacado de la leche recién hecha)
  • 1/4 vaso (60ml) de leche de soja vainillada (o leche normal en su ausencia)
  • 1/4 vaso (60ml) de aceite de girasol
  • 1/2 vaso de azúcar moreno 
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla o una cucharada sopera de azúcar vainillado
  • 2 plátanos grandes o 3 pequeños


Segundo bol (los ingredientes de la derecha)

  • 1 vaso de harina blanca
  • 1/2 vaso de harina integral 
  • 1/4 vaso de cacao
  • Una pizca de sal
  • 1 sobre de levadura
1 vaso de pepitas de chocolate



Elaboración:

Vamos a precalentar el horno mientras preparamos los muffins. Lo ponemos a 180 grados.

Mezclamos todos los ingredientes del primer bol. Mezclamos los ingredientes del segundo bol. Vertemos lentamente los ingredientes del segundo bol al primero. Mezclamos sólo un poco, hasta que los ingredientes se hayan mezclado pero no unido. Añadimos las pepitas de chocolate y removemos hasta que se hayan unido los ingredientes. Es muy importante no mezclar demasiado. Pararemos cuando todavía queden bolitas de harina blanca en el bol, tal y como se muestra en la fotografía de la derecha del todo.



Repartimos esta mezcla en moldes de muffins, pero no sin antes engrasarlos. Si queréis que os queden con forma de "champiñón", debéis llenar los moldes hasta arriba. A mi me salieron 12 muffins bastante grandes. No lo podéis hacer si usáis papeles como molde. Debéis de usar moldes (a poder ser de silicona) con junta, para que la masa, al desbordar, no caiga encima de la bandeja y se quede junto al muffin, como en la foto.



Lo metemos en el horno durante aproximadamente 20-25 minutos. Comprobamos, metiendo un tenedor, que los muffins están hechos. Si lo están, el tenedor saldrá limpio. Y ya tenemos listos unos deli
ciosos muffins de chocolate y plátano! Más fácil, imposible!! Podemos es polvorear un poco de azúcar glass por encima para decorar (o fideos, o lo que queráis)

Saludos!





martes, 22 de abril de 2014

Leche de soja casera (2-3 propoints por vaso)

Hola a todos de nuevo!

¿No os habéis preguntado nunca por qué somos los únicos animales que tomamos leche una vez crecidos? Con el auge de Internet, están proliferando las páginas en las que se habla sobre temas de salud, y uno de los que están trayendo polémica ahora es el uso de la leche una vez crecidos. Cómo si eso fuera poco, encima nos estamos bebiendo la leche de un animal que ni es de la misma raza, una leche que tiene hormonas de crecimiento para vacas, antibióticas y mil porquerías más.

Gracias a las duras críticas que recibió la industria láctea, empezó a surgir la leche de soja. Hoy en día existen muchas dudas sobre si la leche de soja es realmente sana. Está comprobado que no es la panacea de todos los males, tal y como nos la venden en los anuncios de la televisión. Otros dicen que no es recomendable consumir productos de soja que no hayan sido fermentados. Eso ya la dejo a gusto de cada uno.




 La leche de soja es un producto muchísimo más fácil de obtener que la leche de vaca, pues no es necesario alimentar ni mantener la salud de ningún animal para obtenerla. El proceso para sacar la leche de soja es realmente fácil, por lo que debería de ser muchísimo más barata que la leche de vaca. El tema del precio es simplemente un tema de marketing. ¿Cómo conseguimos que todos los pobres quieran consumir un producto en concreto? Poniendo un precio que sólo los ricos pueden pagar. Ahora, debido a la competencia, podemos encontrar leche de soja a un precio muchísimo más económico, pero aún así excesivamente caro.

Este litro de leche que he hecho yo en mi casa me ha costado unos 20 o 25 céntimos. Si, independientemente de todo el rollo que he contado antes, eres de los que te gusta disfrutar de un vaso de leche de soja de vez en cuando, y además,  quieres estar seguro de lo que lleva, esta receta es para tí. La receta que a continuación describo, se trata de leche de soja sin más, con un sabor algo más fuerte que el de la leche comercial, y sin azúcar. Por supuesto, si os gusta la leche de soja dulce, podéis añadirle azucar, canela, miel, colacao o lo que prefiráis. Yo siempre opto por una cucharada de azúcar y una pizca de cenela, pero eso lo dejo a tu elección.


Dificultad: Fácil
Duración: 25 minutos
Ingredientes:

  • 120 gramos de soja (ver sección de Ingredientes)
  • 5 vasos de agua
  • (Un colador de tela o gasa)



Preparación:

Lo primero que tenemos que hacer es, una vez que hayamos lavado la soja, ponerla en agua durante al menos 12 horas, y si lo podemos dejar algo más mejor todavía. Debemos de cambiarle el agua a las 8 horas más o menos. Pasad la mano por la soja para quitar las pielecitas, que se despegarán si frotamos suavemente. Eso nos ayudará a que la leche sea más fácil de digerir todavía.

Cuando estemos preparados para preparar la leche, tiramos toda esa agua y preparamos la batidora. Ahí pondremos la soja y 2 vasos de agua, y lo picaremos durante unos 2 minutos más o menos.



Nos quedará una masa espesa que tenemos que filtrar usando un colador de tela o una gasa. Para hacerlo, ponemos un bol debajo del colador. Lo que cae del colador no es más que leche de soja, la que vamos a disfrutar en unos minutos. Tenemos que ir apretando la tela como si de una tetilla se tratara, para conseguir que caiga la máxima cantidad de leche posible. Para aprovechar la soja al máximo, cogemos lo que nos queda en el colador y lo volvemos  a poner en la batidora con 2 vasos de agua más. Repetimos el proceso pero esta vez sólo con un vaso. Nos saldrá aproximadamente 1 litro de leche de soja, o quizá un poco menos.

Importante: Nos va a quedar una masa que se llama Okara, y que no es más que los restos de soja que hemos triturado. No lo tiréis, porque con esto podemos hacer unos postres muy deliciosos. Un ejemplo de ello son los muffins de chocolate y plátano que puedes encontrar en este mismo blog (se publicarán el martes 29 de mayo). Esta "harina" de soja es un muy buen sustituto de los huevos en las recetas, por lo que es ideal para veganos.




Una vez que tengamos toda la leche de soja en el recipiente, cogeremos una olla y a fuego bajo-medio la iremos calentando hasta que hierva. Veremos que en el proceso se va creando una espuma por la parte superior, la cual iremos quitando y tirando con la ayuda de una cuchara o cualquier otro utensilio de cocina que veáis oportuno. Mezclaremos la leche constantemente pues no queremos que se nos pegue. Una vez que hierva, veremos que sale mucha espuma, la apartamos del fuego y quitamos la espuma. Repetimos el proceso hasta que no salga prácticamente espuma. Ahora ya tenemos nuestra leche de soja "caseramente pasteurizada".




Dejamos enfriar y añadimos los complementos que queramos, si es que queremos.  Y ya tenemos nuestra leche de soja casera lista para disfrutar. Espero que disfrutéis de esta fácil receta. Hacer tofu casero es igual de fácil, simplemente tenemos que repetir todo el proceso realizado para obtener la leche de soja, y después echamos el zumo de un limón. Pero, para eso, mejor que busquéis una receta online, pues hay un par de pasos a seguir.

Un saludo a todos y felices Pascuas


martes, 15 de abril de 2014

Crema de calabacín "fusión" (¡¡sólo 2 propoints!!)

Hola a todos de nuevo, saboríos!

Como bien dije en el último post, estamos empezando a notar ya el buen tiempo y la subida de las temperaturas... y eso en la cocina sólo quiere decir una cosa:

Hello Salad! Goodbye Soup!

Así que antes de que sudemos sólo con mencionarla... aquí viene una crema de calabacín exótica, con ingredientes del norte de África y de Asia, saliendo así de la típica y sobrecocinada crema de calabacín básica con 2 quesitos.

Esta crema de calabacín puede servirse tanto como primer plato, cómo en vasitos pequeños de chupito si tenemos una fiesta.

Al lío...

                             

Dificultad: Baja
Duración: 50 minutos
Ingredientes para 2 personas:
  • 2 calabacines (0pp)
  • 1 puerro (0pp)
  • 1 cebolleta (0pp)
  • 1 cebolla mediana (0pp)
  • Un trozo de jengibre como la uña del dedo gordo (0pp)
  • 2 cucharadas de salsa de soja (0pp)
  • 2 cucharadas de Ras el-hanout (o curry, pero recomiendo la mezcla de especias) (0pp)
  • Una rama de hierbabuena (0pp)
  • 2 Cucharadas de aceite de sésamo (no aparece en la primera foto) (2pp)
  • Agua
  • Opcional: 1 patata (5 propoints)
  • Opcional: 50ml de nata (3 propoints)
  • Opcional: Caldo de verdura (0 propoints)



Preparación:
Lo primero que vamos a hacer es lavar toda la verdura y las hojas de hierbabuena, para evitar que se cuele en la olla la tierra que muchas veces contienen las hojas. Una vez que tengamos todo limpio, cortaremos la cebolla, el puerro y la cebolleta a trocitos pequeños y lo vamos a saltear a fuego medio con el aceite de sésamo y en una olla lo suficientemente grande para que quepa todoDespués de los 5 minutos, añadiremos las cucharadas de especias ras el-hanout (o curry), la salsa de soja y el jengibre troceado. Salteamos otros 10 minutos  .


Una vez trascurridos los 15 minutos, añadiremos el calabacín troceado y lo salteamos durante 2 minutos para que coja también el sabor de las especias, el aceite y las verduras.

Después de haberlo mezclado todo, añadiremos agua (o caldo de verdura) suficiente para cubrir todos los ingredientes y lo vamos a hervir todo durante 30 minutos. Sin embargo, 5 minutos antes de terminar (es decir, cuando lleve 25 minutos hirviendo) añadiremos la mitad de las hojas de hierbabuena, y sal al gusto.

Después de los 30 minutos, apartaremos la olla del fuego y quitamos casi todo el líquido para ganar textura. En caso de que quede demasiado espesa (lo cual es raro que ocurra con un par de calabacines), siemrpe se podrá añadir el líquido que hemos quitado. Es importante que la dejaremos enfriar, más que nada para que cuando le demos con el triturador no nos salpique por la cara y nos quememos. Si os gustan las emociones fuertes... allá vosotros.

Os recomiendo que guardéis ese jugo. Con una pastilla de avecrem, unas setas shii-take y un huevo roto dentro, podemos hacer una sopa sabrosa, sana y ligera.

Una vez que se haya enfriado, cogeremos la "turmix" y lo vamos a triturar todo hasta que no queden grumos de ningún tipo. Para servir, colocamos una hoja de hierbabuena encima y unas semillas de sésamo, y ya tenemos nuestra crema de calabacín preparada.

Por supuesto, si la probáis y tenéis alguno consejo para mejorarla, ponedlo en los comentarios. Si os gustaría ver alguna receta en concreto, por supuesto, también lo podéis poner!

Un saludo y nos vemos pronto!